EBRO y su B-35
Contamos cómo se formó EBRO y creo su primer vehículo el B-35
En 1954 Ford decidió abandonar la fábrica de Ford Motor Ibérica y pasa a cargo de un grupo de empresarios españoles, pasando un año después a llamarse Motor Ibérica S.A. Desde ese momento se comenzó a fabricar y comercializar los productos con la nueva marca “Ebro”. Como dato curioso, se le puso el nombre de EBRO, como nombre más parecido al río más conocido de Inglaterra (Támesis).
Motor Ibérica mantuvo sus compromisos con Ford y continuó comerciando en España. Fundamentalmente se trataba de tractores agrícolas FordSon y el camión Ford Thames super 55 y el Ebro B-35. En 1955 y conociendo la buena solvencia del Ford Thames, Ebro lanza al a mercado el modelo B-35, que era una copia literal del Ford Thames ET6.
Este era un camión ligero con una disposición de 4x2 y apto para un peso total de 6000Kg. Su cabina había sido diseñada por la compañía inglesa Briggs Bodies y básicamente, era idéntica a las que te tuvieron otras marcas como Leyland, con su modelo Comet o Dodge, con el Kew.
El B-35, estaba pensado para una carga útil de cuatro toneladas, y dotado de un motor Ebro de cuatro cilindros, que ofrecía 70 CV. La pretensión de Motor Ibérica, era la de ocupar un hueco en el segmento de los vehículos industriales de mediano tonelaje. Dicho segmento, arrastraba un parque de lo más variopinto, producto de una penosa posguerra. Para mantenerlos funcionando, los vehículos se “parcheaban” hasta tal punto, que a veces se hacían irreconocibles. La carencia de materias primas, repuestos y utillaje, hacía muy complicado abordar un modelo propio, por lo que se recurrió a un modelo experimentado y desarrollado.
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